No estamos solos/as: Crónicas en las fronteras de Latinoamérica y el Caribe

18 abril 2022|Karen Pérez, Coordinadora de la Oficina del JRS Tapachula | JRS México

Karen se sienta en las escaleras de un barrio en Cúcuta luego de haber compartido con mujeres lideresas y jóvenes. Frontera Colombia - Venezuela.

Entre el 22 de marzo y el 01 de abril, Karen Pérez, coordinadora de la oficina Tapachula del JRS en México, estuvo realizando una visita a Colombia para compartir y aprender de las experiencias sobre el trabajo realizado en la frontera sur de México y en la frontera colombo venezolana. El texto a continuación es una crónica que relata los aprendizajes y reflexiones de Karen, léela y sumérgete en este viaje de acompañamiento a las personas migrantes y refugiadas en las fronteras de Latinoamérica y el Caribe.

 

En el mes de marzo del 2022 recibí una invitación muy especial, tendría la oportunidad de recorrer otras fronteras más allá de Tapachula, Chiapas en México. Así fue cómo empezó mi recorrido por Colombia, un país bello, cálido y con tantas historias.

Mi viaje tan maravilloso y aventurero comenzó un martes en el aeropuerto de Tapachula, después de un vuelo bastante largo tuve el privilegio de llegar a un lugar llamado Cúcuta, una ciudad de Colombia ubicada en la frontera con Venezuela, en donde el JRS Colombia ha re-construido muchas vidas y ha podido consolidar un camino firme por muchos años,  en los que seguramente también han dejado semillas bien sembradas muchas personas para encontrarme con lo que ahora les voy a compartir.

La primera persona que conocí fue a German Ortega (Coordinador de la Oficina Norte de Santander del JRS en Colombia); me encontré y escuché a un líder comprometido con su equipo, con una visión amplia y con un corazón inmenso para poder seguir aportando a la misión del servicio, tener tanta claridad en las formas y los procesos me decía que tendría una semana muy enriquecedora, coordinar una oficina tan grande como la de Norte de Santander no es cosa fácil, pensaba. Conocí también a un equipo joven, súper comprometido, amable, responsable, con mucha energía y con mucha entrega que recoge y encarna la esencia del JRS, en donde soñar conjuntamente siempre nos hará posible construir puentes en tiempos de muros.

 

German Ortega y Karen Pérez en el paso fronterizo entre Colombia y Venezuela 

Recuerdo muy bien las actividades en campo, visitando muchos barrios con mujeres lideresas y comprometidas con su propia comunidad, compartí con mujeres empoderadas y con tanta fortaleza, que me enseñaron en el poco tiempo  lo esperanzador que es rodearte de ellas y que todo se puede construir con trabajo colectivo. Me gusta ser testigo de cómo el JRS toca corazones en los jóvenes, pude escuchar sus propuestas, sus compromisos y sus sueños que sin duda con ese espíritu y esa fuerza que tienen, se verán materializados.

Con esas enseñanzas, quiero traer a este momento la experiencia de sentir que no estamos solos y solas en el camino, es decir que el espíritu de acompañar, servir y defender está presente en  las personas que acompañamos, en el equipo y en éstas fronteras tan duras, tan porosas y tan llenas de emociones. Sé que siempre queremos ir hacia adelante, buscando las formas de tejer redes y tender la mano a quien lo necesita, es ahí que pude encontrar este espíritu de la propia misión, del sentir que hay una transformación y que buscamos dar ese paso más con cada una de las personas que llegan y que se van con la esperanza para seguir hacia adelante.

Quisiera decir que al final todas estas actividades encaminadas a la construcción, reflejan a un equipo comunicado, con una visión estratégica y puntual, que va directo a la claridad de los procesos y de
las buenas practicas que se tienen desde lo que se recoge en terreno y aterrizado en el que hacer diario, definiendo cuáles son los roles y las actividades en las que emergen los temas que el contexto nos va marcando, con metodologías especificas que permiten una integración amplia del equipo con todo el respaldo de la coordinación.

Muchas gracias por enseñarme, por recibirme de manera tan cálida y por demostrarme que a pesar de estar a más de 2300 kilómetros de distancia en el mapa, compartimos de corazón a corazón la misión del servir, acompañar y defender.

 

Soñar conjuntamente siempre nos hará posible construir puentes en tiempos de muros
Karen Pérez