La reconciliación promueve comunidades que viven y lideran sus propios procesos para reestablecer relaciones justas.
“Los procesos de reconciliación en Latinoamérica y el Caribe han sido un largo viaje lleno de aprendizajes, encuentros, búsquedas de sentidos, experiencias y reflexiones compartidas sobre las formas de acompañar, servir y defender estando juntas y juntos, haciendo de las fronteras una posibilidad para el encuentro desde la diferencia, imaginando las posibilidad de futuro compartido”
Congregación General XXXV.
Invitación de la Compañía a trabajar la Reconciliación en tres niveles: con Dios, con los otros y con la creación.
“¿Es posible trabajar por la Reconciliación en medio del Conflicto Armado en Colombia?”.
Documento del JRS Colombia sobre condiciones de posibilidad para el trabajo por la Reconciliación.
Tres proyectos piloto de Reconciliación a nivel mundial.
La oficina internacional escoge al Congo, Sri Lanka y Colombia, como pilotos de aprendizaje.
Plan estratégico regional del JRS LAC.
La oficina regional extiende el proceso de reflexión a los otros países de América Latina y El Caribe (Ecuador, Panamá y Venezuela).
Abordaje de la Reconciliación regional a partir del modelo de Justicia Transicional. Reforzar el trabajo por la Reconciliación articulando el nivel psicosocial con el nivel político.
Quiéreme bien, herédame la paz. Los/as jóvenes de las Obras de la Compañía se movilizan por la paz y la Reconciliación en Colombia.
Apuesta por la Reconciliación discernida. Una Reconciliación flexible, reflexionada y acorde con las necesidades de la población acompañada.
Se consolida el concepto de Reconciliación preventiva. Hijos/as que movilizan a los adultos/as para el trabajo por la Reconciliación.
Herramientas para la Reconciliación JRS Colombia/Jesuitas Colombia (primera edición). Sanando las heridas del conflicto y reconstruyendo los vínculos y el tejido social a nivel personal, comunitario y político.
Venezuela: una crisis humanitaria que alienta la Hospitalidad. La Hospitalidad como valor que promueve la Reconciliación en los países de la región.
La reconciliación promueve comunidades que viven y lideran sus propios procesos para reestablecer relaciones justas.
La reconciliación hace parte de la misión de acompañar, servir y defender a las personas refugiadas, migrantes y desplazadas forzadas.
La reconciliación empieza por cada persona, pero se sostiene en comunidad.
La reconciliación no es una meta, sino un camino que se elige cada día.
La reconciliación regional es intercambio entre diversidades: por eso hablamos de reconciliaciones.
La reconciliación brinda la posibilidad de confiar, creer y sostener la esperanza en escenarios difíciles y violentos.
La reconciliación hace de lo personal algo político, y abre posibilidades
de leer las realidades desde distintas perspectivas.
La reconciliación es un proceso vivo y palpable que se siente en el cuerpo.
La reconciliación no lo soluciona todo, pero ayuda a ver más allá e imaginar un futuro compartido.