Concretamente, la incidencia es un proceso, que dependiendo de la búsqueda del objetivo que se pretenda, puede ser a corto, mediano y largo plazo, en la mayoría de los casos son procesos de largo aliento ya que buscan modificar parámetros de comportamiento, ideas preconcebidas o sensibilizar y/o modificar prácticas tradicionales o arraigadas socialmente e institucionalmente, tanto en la población migrante forzada/refugiada como en las instituciones competentes frente al tema y la sociedad civil en general. La incidencia debe ser entendida como un cúmulo de esfuerzos premeditados y organizados.

El mensaje comunicativo del JRS tiene dos ejes, aunque pueden usarse de forma complementaria: uno comunicativo y el otro pedagógico; el primero es asociado con las campañas o contenidos que buscan sensibilizar y visibilizar los programas y proyectos que acompaña el JRS y el impacto que tienen en los beneficiarios. Mientras el segundo, tiene un carácter educativo a mediano y largo plazo.

Es fundamental entender que cuando comunicamos lo hacemos no solo con el mero interés de visibilizar, sino que lo hacemos con el interés de incidir, es decir que lo que realizamos es “comunicación para la incidencia”, ya sea a nivel político o social.