VENEZUELA 🇻🇪

“El JRS con sus sensibilizaciones ha tocado fibras en todos nosotros y nos ha hecho sentir que no estamos solos, que tenemos personas que apuestan también por la educación” - Emilse Gómez, Directora de la E.N. Machirí

Escuela del corazón:

Docentes que enseñan con el alma

En San Cristóbal, Venezuela, dos instituciones educativas, la E.N. Machirí y la U.E. Walda de Márquez, enfrentan una situación desoladora. Sin acceso a servicios básicos como agua, energía eléctrica, alimentación y salud, con una infraestructura debilitada y salarios bajos, el panorama es desalentador. A pesar de estas condiciones, las personas docentes continúan impartiendo clases con una determinación inquebrantable, convencidas de que la esperanza reside en la niñez. 

En medio de la violencia y las dificultades económicas que vive el país, intentan crear entornos protectores y seguros con las escasas herramientas a su disposición. Su labor va más allá de la simple enseñanza; es un acto de resistencia y de fe en un futuro mejor. 

En conjunto con el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) han desarrollado un proceso basado en la Espiritualidad Ignaciana. Este enfoque les invita a reflexionar sobre su vocación y la importancia de su papel en la generación de esperanza en tiempos de crisis. Cada docente ha creado una bitácora personal para describir sus vivencias y las experiencias más hermosas de su carrera, como una forma de sensibilización y reconocimiento de su vocación. 

A pesar de las paupérrimas condiciones salariales, la voluntad y disposición del personal docente han sido cruciales para la creación de espacios seguros y de bienestar. Estas comunidades educativas se han convertido en lugares donde se fomenta el agradecimiento, el reconocimiento mutuo y el fortalecimiento de las relaciones entre estudiantes, sus familias y docentes. 

Además de procurar una mejora de las condiciones actuales, la iniciativa del JRS busca contribuir a la reconstrucción de un futuro esperanzador para Venezuela. En un contexto de crisis, desde la docencia enseñan con el alma, demostrando que, incluso en los momentos más oscuros, la educación y la esperanza pueden florecer.