Este énfasis es el resultado de la larga experiencia del JRS en establecer puentes a través de sus proyectos y de su presencia, y refleja la prioridad otorgada por la Compañía de Jesús a la misión de reconciliación y justicia, que describe como «el llamamiento a compartir la obra de Dios de reconciliación en nuestro mundo herido».

El JRS articula la reconciliación como un viaje para «crear relaciones correctas» entre las personas refugiadas, las comunidades de acogida, y entre nuestros propios equipos en la región. Dicha reconciliación se establece como una necesidad a nivel interno en la región de Latinoamérica y el Caribe para responder a las inquietudes de: ¿quién acompaña a los que acompañan? y, ¿cómo generar dinámicas de atención en sintonía del cuidado del cuidador?.

La urgencia de trabajar por la reconciliación y forjar la cohesión social en prácticamente todos los lugares donde está presente el JRS se hace indispensable. Esta necesidad se manifiesta con los impactos personales y comunitarios de la violencia humana tras el desplazamiento, especialmente cuando estalla en países pobres, entre grupos vecinos, y conduce a largos períodos de malestar o suspicacias en la comunidad.

A lo largo de su travesía, muchas personas en situación de movilidad humana forzada se encuentran con diversos grados de hostilidad y conflictos diversos que obstaculizan la acogida. Por eso mismo, el JRS ha identificado distintos niveles de reconciliación:

• Reconciliación Interna (Dimensión antropológica)
• Reconciliación con la experiencia de sentido (Dimensión teológica)
• Reconciliación Intersubjetiva (Dimensión social)
• Reconciliación Sociopolítica (Dimensión política e Institucional)
• Reconciliación con la Casa Común (Dimensión ambiental)